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Que los recursos del planeta son limitados y que lo estamos destruyendo poco a poco no es algo nuevo. Estamos tan acostumbrados a escuchar frases como esta, que ya no nos hacen efecto. Vivimos inmersos en la cultura del usar y tirar, empleando, a menudo de manera inconsciente, objetos de un solo uso sin pararnos a pensar en lo sencillo que es cambiar algunas costumbres para hacer más sostenible el mundo que habitamos.

El reciclaje, aunque fundamental, tampoco es la panacea, ya que hay muchos materiales que no pueden descomponerse, como el plástico, que se convierte en otra cosa alargando su vida, pero no puede degradarse para integrarse en la cadena natural.

Por ello, una manera muy eficaz de luchar contra esto es reducir el consumo. El movimiento zero waste aboga precisamente por reducir al máximo los residuos y la basura que generamos cotidianamente (unos 476 kg. de media por persona al año en España, según datos del INE). La finalidad de este movimiento se observa muy bien a través de las cinco erres:

  • RECHAZAR lo que no necesitamos
  • REDUCIR lo que necesitamos
  • REUTILIZAR, cambiando los desechables por alternativas reutilizables y comprar de segunda mano.
  • RECICLAR aquello que no podemos rechazar, reducir o reutilizar.
  • ROT, que traducido quiere decir compostar, descomponer.

Para conseguir reducir la generación de residuos os ofrecemos algunos consejos que podemos poner en marcha en nuestro día a día con poco esfuerzo:

  • Sustituye las bolsas de plástico por bolsas de tela para hacer la compra y transportar objetos. Evita que te den una bolsa de plástico en cada establecimiento al que vas. Lleva contigo siempre una bolsa ligera que puedes guardar en la mochila o en el bolso.
  • Cuando salgas a la calle, lleva contigo una botella de aluminio u otro material duradero no contaminante y evita así comprar botellas de agua de plástico o bebidas envasadas.
  • ¿Necesitas una pajita de plástico en las bebidas? No las uses a no ser que estés enfermo y no puedas tragar alimentos sólidos.
  • Compra productos a granel en la medida de lo posible: frutas y verduras, legumbres, arroz, pasta, productos de limpieza.
  • Evita comprar productos empaquetados en el supermercado que tengan un equivalente a granel, por ejemplo frutas y verduras (todos hemos visto esas dichosas bandejas recubiertas de plástico para envolver una cebolla).
  • Reduce el uso de envases en productos de higiene: champú, gel y jabón de manos tienen sus alternativas en jabones en barra. Son algo más caros pero duran más, así que a la larga salen igual de precio. Igual sucede con el cepillo de dientes, las cuchillas de afeitar o los productos de higiene femenina.
  • Cambia tu cafetera de cápsulas (sí, es muy cómoda y rápida) por una italiana de toda la vida; además de reducir la contaminación dejando de usar cápsulas de aluminio que no pueden reciclarse, ahorrarás dinero.
  • No uses servilletas de papel en casa; en su lugar, usa de tela.

Rechaza aquellos objetos que no necesites como bolígrafos o libretas de publicidad, muestras de cosméticos y merchandising que realmente no vayas a utilizar.

Seguro que hay muchas más cosas que podemos hacer para reducir los residuos; si ya estás poniendo algunas en práctica, ¡queremos conocerlas! Esto solo es el principio.