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A todos y todas se nos ablanda el corazón con las navidades, pero el espíritu navideño puede ser algo más Grinch. ¡Y no es ninguna paradoja! El Grinch era verde y sostenible, reciclaba la basura del pueblo de los Who, le gustaba vivir momentos en vez de comprarlos… ¡Todo un modelo navideño!. Lo importante de las navidades no son los regalos y el consumismo, sino otras muchas cosas:

  • Agradecer por la vida, por un año más, por los vínculos y las relaciones que tenemos.
  • Reflexionar sobre la cantidad de regalos y privilegios que tenemos y valorarlos realmente.
  • Regalar momentos y espacios, es decir, hacer regalos vivenciales. Ir al cine, una excursión, hacer en familia un taller, dar un paseo, hacer trueques, entre otras opciones.
  • Buscar alternativas en las recetas, los juguetes, el transporte o la energía en estas fechas.
  • Profundicemos un poquito más…

NAVIDADES VIVENCIALES: Disfrutamos con nuestra gente, con amistades/familia, con personas con las que tenemos un vínculo intenso. Las experiencias son los mejores regalos y al final, los momentos en compañía son lo más “navideño”.

REGALOS ALTERNATIVOS: Si son vivenciales o experienciales, mejor. Un cine, una excursión, una tarde con la familia haciendo postales, adornos, cantando, bailando, riendo… Aprovechamos y nos damos un paseo por la ciudad o el entorno más cercano y visitamos sitios decorados con luces o con nieve. Hacemos trueques, recetas navideñas, regalos y envoltorios reutilizando materiales…

NO AL CONSUMISMO POR EL CONSUMISMO: Reciclar está bien, pero no es suficiente (y hoy en día menos aún). La reducción y la reutilización son la clave para cuidar un poquito más el planeta y ser más conscientes en nuestras compras y nuestros regalos. Y si compramos, reflexionamos sobre el ciclo de vida del producto y tendremos en cuenta que los productos que lleven plástico, que vengan desde la otra punta del mundo o que no sean de Comercio Justo o Ecológico, conllevan un gasto ecosocial (que no aparece reflejado en el precio, pero que existe igualmente).

DECORAMOS DE OTRA MANERA: El árbol de plástico, las guirnaldas de plástico, las bolas y adornos de plástico, el Belén de plástico… El movimiento ZeroWaste nos muestra que hay miles de alternativas. Si tenemos este tipos de adornos en casa, los usamos; pero si no los tenemos, antes de comprarlos, reflexionamos. Quizás un árbol diferente y construido entre todos los que comparten estas navidades con nosotros/as tiene incluso más valor que el tradicional y puede ser hasta más bonito. También se pueden hacer centros de mesa con elementos naturales y velas o manualidades de mil tipos. ¡Google y Pinterest al rescate!

– RECETAS DIFERENTES: El consumo de carne y pescado es uno de los grandes factores de contaminación del planeta. Sin necesidad de opciones veganas o vegetarianas (que también son muy sugerentes), se pueden hacer recetas reduciendo estos tipo de productos, así como los ultraprocesados o los transgénicos (y nuestra salud también lo agradecerá). Las recetas con verdura y fruta son deliciosas y si se realizan en equipo, ¡se disfrutan mucho más!

LOS JUGUETES: Los juguetes pueden ser de mil tipos. Las construcciones fascinan a los más pequeños y si son de madera u otro material no plástico, proporciona muchos más estímulos desde la neurociencia. Los libros, la ropa o los juegos grupales siempre han sido un gran regalo por su utilidad o la sociabilidad que aportan. Siempre podemos repensar qué juguetes nos hacen más ilusión y cuáles no, seleccionar, ser conscientes e incluso donar los que ya no queramos de otros años. Y una vez más, recordamos que los juguetes no tienen género y que el juego es un componente de aprendizaje cognitivo y social. La diversidad siempre es estimulante y el juego, si es libre, mejor.

BRINDEMOS Y FELICITEMOS: Si brindamos y comemos, que sea con vidrio o cerámica. Nada de plásticos de un solo uso. Intentaremos tener cenas ZeroWaste, ¡no es tan complicado! ¡Y las fecilitaciones, se pueden hacer por las redes sociales o por correo electrónico! Si las hacemos a mano, siempre es mejor reutilizando materiales, no sólo por lo ambiental, sino por el detalle de regalar nuestro tiempo en su realización.

TRANSPORTE PÚBLICO: Los atascos navideños son un verdadero tostón, aprovechamos el transporte público o las caminatas que siempre serán menos contaminantes y más saludables. Y si hay que usar el coche, compartiremos siempre que podamos, ¡mejor para el bolsillo y para el medio ambiente!

EFICIENCIA ENERGÉTICA: Podemos iluminar estas fiestas con responsabilidad y sostenibilidad, pensaremos en qué horarios queremos encender los aparatos y no los dejaremos en stand by. Si los juguetes usan pilas sería un inconveniente a tener en cuenta y si aún así, decidimos comprarlos, ¡mejor con pilas recargables! En cuanto a la calefacción, una temperatura confortable se suele situar entre 18ºC y 21ºC. El abuso de la calefacción es un gran problema ambiental, intentaremos preservar el calor, cerrar las ventanas y apagarla cuando nos vayamos a dormir o cuando no estemos en casa.

Por último, el Grinch vivía en la montaña, por lo que una ruta o un taller en centros de educación ambiental cercanos a nuestro domicilio puede ser la guinda del pastel navideño.

Héctor Molero Lombarte