El entorno de Doñana es uno de los humedales más importantes de Europa, un paraíso de marismas, dunas y pinares, que es clave para la conservación de gran cantidad de especies de aves migratorias y uno de los espacios naturales protegidos españoles más conocidos en el mundo. Sin su existencia, la supervivencia de especies como el lince ibérico, el águila imperial y multitud de aves acuáticas se vería muy seriamente comprometida.
Sin embargo, en los últimos tiempos este amplio espacio natural, declarado reserva de la biosfera, que incluye un parque nacional, un parque natural y otras figuras de protección, patrimonio mundial de la UNESCO, está literalmente contra las cuerdas. Acorralado por infraestructuras, con graves problemas de agua a causa de las continuas captaciones ilegales (el agua que alimenta la marisma ya se ha reducido en un 80%), con la amenaza constante de que se repita el desastre de Aznalcóllar y acosado por proyectos como la construcción de un almacén subterráneo de gas o el proyectado dragado del Guadalquivir, se encuentra en un momento crítico para su supervivencia.
WWF, la organización conservacionista que compró y donó a nuestro país los terrenos que fueron el germen del parque nacional, ha dado la voz de alarma: hoy Doñana está más amenazada que nunca por la actividad humana descontrolada. La situación es tan grave que de no frenar las amenazas actuales, la UNESCO podría incluirla en Lista de Patrimonio Mundial en Peligro en 2017.
Por eso esta ONG ha iniciado una campaña que pide nuestra colaboración para que el Gobierno central y la Junta de Andalucia cumplan con su responsabilidad. España debe emitir un informe el 1 de diciembre que presente las medidas que va a tomar para cumplir con las recomendaciones de este organismo internacional.
- Firma para salvar Doñana.
- Doñana, haz que vuelva a latir [campaña del WWF]