También hemos organizado un “CONCURSO DE MICRORRELATOS A DISTANCIA” en el que también puede participar cualquier persona que pertenezca a la comunidad universitaria UNED. Los microrelatos deberán comenzar con la frase «El 23 de abril…» y deben contener un máximo de 100 palabras. El plazo en el que pueden enviarse será del 4 al 15 de abril como las fotografías y aquí encontraréis las bases de este concurso.
Queda algo menos de un mes para el Día del Libro y ya estamos preparándonos para esa fecha tan especial. Como en años anteriores, queremos ofreceros una jornada llena de actividades variadas e interactivas para que podamos celebrar juntos esta fecha tan especial. Nos gustaría que interviniérais en la organización ya que lo hacemos para vosotros y queremos que seáis los verdaderos protagonistas.
En primer lugar, para que nos deis vuestra imagen de las bibliotecas y la lectura, la Biblioteca de la UNED convoca el Concurso de Fotografía “TU RINCÓN FAVORITO DE LA BIBLIOTECA” en el que puede participar toda la comunidad universitaria de la UNED. Para participar deberán enviarse fotografías de cualquier biblioteca con la especificidad de que hayan sido captadas con teléfono móvil. El plazo en el que pueden enviarse será del 4 al 15 de abril y aquí encontraréis las bases del concurso.
Y si no eres de los que escribe, ni la fotografía es lo tuyo, siempre puedes votar las propuestas de otros compañeros. La votación estará abierta desde el día 16 hasta el 24 de abril y os informaremos puntualmente de. De una manera o de otra, ¡lo importante es participar!
Microrrelato titulado:
«Alcalá de Henares versus Sanabria»
El 23 de abril el tiranosaurio despertó en Alcalá de Henares. Día de fiesta en la ciudad. Todo engalanado. Quería visitar la Casa de Miguel de Cervantes, lo que quedaba de la iglesia donde le bautizaron, la casa en la que vivieron sus padres, el convento en el que su hermana fue monja… para así desterrar esa absurda idea sanabresa de que Don Miguel era zamorano…
JAMÁS LO SABREMOS
El 23 de abril murió un extraño escritor que los archivos de la Wikipedia jamás registrarán. Su muerte, en fecha tan señalada, es muy literaria, pero su vida y su obra no tanto. Se llamaba Gregorio S. García, más conocido entre sus vecinos como “cucaracha”, y se pasó la vida perfeccionando su novela hasta que sólo quedó una hoja en blanco.
PÁGINAS CONTRA LA AUSENCIA
El 23 de Abril la sorprendió en Barcelona. Siempre lo había celebrado pero, desde que la muerte la vistió de ausencia, nada podía celebrar. Sus pasos perdidos la condujeron a gentes y libros y en su memoria desfilaron hermosos e hirientes recuerdos: el primer libro que le compró de bebé, los cuentos leídos cada noche hasta que aprendió a leer, las ferias del libro, las charlas sobre el goce de la lectura… y el más doloroso, las que ya nunca mantendrían…
Regresó solo con una rosa y una espiga y el agradecimiento infinito a tantas pacientes páginas
que diariamente la rescataban de la locura.
MI DIA DEL LIBRO
El 23 de abril, volvía a leer, ¡AL FIN!, tanto tiempo esperando por la
intervención.
El 22 levantaron las vendas,
21 minutos tardaron, en realidad no lo sé, pero conté cada segundo y eso me
pareció,
20 días desde la operación,
19 años sin ver,
18 tenía cuando el accidente,
17 ……. podría seguir eternamente,
Los números al escribirlos y leerlos me parecen tan bonitos.
1 libro entre las manos, oler sus páginas, pasarlas cuidadosamente, LEER.
LECTURA DE CABECERA
El 23 de abril Margarita García leyó la última frase de un gran libro. Un libro que leía todas las noches antes de dormir, y que encontraba en el cajón de los distintos hoteles californianos a los que acudía obligada por su trabajo de comercial de una prestigiosa bodega española, empeñada en abrir nuevos mercados.
Pensó en su tierra zamorana, en la temprana Semana Santa de 2011 y en su padre, cofrade de la Hermandad de la Penitencia, desfilando embutido en su capa parda.
Suspiró y volvió a leer. : “la gracia de nuestro señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén”.
EL ÚLTIMO INTENTO
El 23 de abril parecía un día tan bueno como cualquier otro para reencontrarse con ese mundo que seguía avanzando tras las cortinas. Aunque el calendario, al igual que los libros recopilados durante años y que conformaban su única compañía en aquel piso-bunker, pertenecía ya a otro tiempo, otra vida.
Lentamente se vistió, acicaló su cabello y escribió una nota para la fiel asistente durante estos años: “Hoy no comeré en casa”. Avanzó hasta el umbral, giró la llave. Un rayo de luz taladró su cabeza con oscuros recuerdos.
Retrocedió a la protección de su biblioteca. Tal vez el próximo año.
SENSACION POLIÉDRICA
El 23 de abril del año 1420 a.C. Anu derramaba lagrimas sobre la tableta de arcilla húmeda en la que se disponía a trazar los signos de un poema. Con una mano sujetaba el punzón, con la otra arrastraba sus dedos acariciando el barro para luego hundirse en él, sin poder articular pensamiento alguno. El olor a barro se mezclaba con el aroma de los ciruelos que entraba por la ventana. El viento, al pasar entre las hojas de los árboles, parecía acompasarse con la respiración de Anu y secar la humedad de sus mejillas mientras daba forma a su dolor poliédrico.
UN CUENTO PARA LUCAS
El 23 de abril en la ciudad brillaba el sol, un día perfecto para rebozarnos en cultura . Lucas estaba eufórico. Habían publicado mi cuento y caminamos a la Biblioteca del barrio a comprobar si ya lo tenían. Los dedos de mi hijo están hechos para deshojar libros, lo veo en sus movimientos, en esa agilidad. Sus ojos desbordan avidez cuando los busca, cuando se acerca hacia los estantes rebosantes de historias. Lo encontró antes que yo. Al ver la hermosa estampa y su rostro, pensé: “Ni Cervantes cuando acabó El Quijote no pudo haber sentido mayor gloria que yo en este momento.”
PRAGMATISMOS
El 23 de abril decidí que no volvería a comprar libros; en las bibliotecas hay muchos, y siempre que quisiera uno para leer, podría ir allí. Pero en mi casa… todos los muebles ya estaban bien calzados…
LIBRO BUSCA LECTOR
El 23 de abril, los libros como las rosas, salen a la calle con la savia nueva de la primavera para insinuarse a los ávidos lectores o a los paseantes casuales. ¡Lo hacen descaradamente! Te provocan con sus atractivas y enigmáticas portadas. Se dejan tocar, abrir, puedes oler su tinta y papel recién estrenados. Te siguen a cualquier rincón de tu casa, se meten en tu cama, en tu bolsillo. Sacian tus ansias de saber, te hacen sentir, vibrar con amores y desamores. ¿Quién da más? Es el día del lector que busca libro y del libro que busca lector.
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RENOVAR PRÉSTAMOS.
El 23 de abril es el último día para entregarlo y no puedo ampliar el plazo de devolución. Me fastidia, porque al principio no le hice demasiado caso, pero le he ido cogiendo gusto sin darme cuenta. Cuando nos informaron que era la novedad del curso me pareció un poco chocante, pero
esto de las nuevas tecnologías es un tanto imprevisible. Así que me animé a pedirlo sin imaginar que iba a serme tan útil. Definitivamente creo que es una gran idea que la Biblioteca nos proporcione un tutor personal
especialista en el Practicum de Emociones Fuertes.
¿Cuándo podré renovar…?
TESTIMONIO
El 23 de Abril somos los reyes. La mayoría nos sentimos homenajeados si vuestros ojos reparan en nuestra portada. Si vais más allá y empezáis a manipularnos, la satisfacción y la ansiedad aumentan, y si al final, optáis por llevarnos con vosotros…Me quedo sin palabras.
Yo, al ser de biblioteca, paso periódicamente por distintas manos. Son muy pocas las que me maltratan, pero cuando ocurre, tengo que pasar por observación. Generalmente, y por fortuna, vuestras manos son respetuosas.
A veces, incluso, siento bajo su tacto una caricia apresurada intentando secar una gota de agua salada y cuya marca, desearía se quedase para siempre.
EL CIELO PUEDE ESPERAR
El 23 de abril de 1616 San Pedro lo tuvo complicado con tanto letraherido.
El dilema fue si mandarlos al infierno o abrir las pesadas puertas del cielo. Ante la duda, anunció que aquel que le contase una buena historia,entraría. El primero contó lo que había escuchado a los incas cuando niño;
el segundo cantó la tragedia de un príncipe cuya sed de venganza acabó en ríos de sangre; el tercero narró las desventuras de un hidalgo que se ejercitaba en la locura para escapar de la tosca realidad…
Fascinado, San Pedro perdió las llaves para que le siguieran contando más cuentos profanos.
EL HORROR DE LA LITERATURA
El día 23 de abril logré poner mis manos sobre el tomo prohibido. Llevaba largo tiempo buscándolo, entre fichas y anales decimonónicos, referencias veladas y ocultas verdades. Temblaba, sudaba, sentía palpitar mi corazón. Al fin pude consultarlo y hallar el secreto largo tiempo anhelado. Pero no fue fácil. Leí las palabras de lengua extraña,
preternatural e inhumana, y caí sumido en un estupor doloroso. La revelación fue demasiado terrible. Con lúcida locura, robé el libro, lo quemé y, sintiendo terror
cósmico, oculté el crimen; comprendía claramente, nada podría evitar nuestro fatal destino, menos aun nuestra dúctil libertad… ¡éramos unos esclavos tan ignorantes!
CANDILES DE ACEITE
El 23 de abril de este año cumplí un año y medio de vida. 540 días desde el accidente. No tuve fracturas, no tuve lesiones,
nada que vieran los ojos de quien me miraba. Porque estaba dentro , dolía y molestaba, me impedía vivir.
Pero que me reencontré con unos compañeros que me hicieron pensar, salir de mi miedo, despertar, levantarme y lavarme la cara.
Me hicieron volver a reir con mis niñas , bailar con mi hombre. Curanderos del alma, fuentes de agua limpia, candiles de aceite, tiritas para penas. Este 23 de abril quiero daros un regalo : Queridos libros, gracias.”
LA GRAN FIESTA
El 23 de abril nadie va a acordarse de ti. No esperará en la puerta el señor de pelo blanco. No será el primero en entrar, ni va a dejar libros simulando que los sitios estén ocupados, no traficará después con ellos. Tampoco irán las mujeres caballo a machacar tus baldosas con sus tacones hasta el final de tu pasillo. No podrás mandar recados a la máquina de café, pues nadie entrará ni saldrá, todo, porque será sábado. Lo celebrarás a solas con el pequeño Juan Carlos, pues solo tú, querida biblioteca, sabes porque guardas una enciclopedia en la que él continúa siendo príncipe.
EL AMANTE
El 23 de abril Gong Li tenía todo dispuesto para su demostración. Llamaron a la puerta. Tras ajustarse la larga y negra trenza, abrió invitándolo a pasar.
El hombre la miró embelesado, pero al punto sus ojos se posaron sobre la mesa.
Ella, orgullosa, entintó los moldes de madera que había tallado con primorosos grabados y letras en relieve, los aplicó sobre unas hojas cosidas y… el milagro bellamente impreso y rectangular asomó al papel de arroz.
Él se acercó, la tomó por el talle y la besó largamente. Cuando despertó, su invento había desaparecido junto con su amante extranjero.
PRIMERA LECTORA
El 23 de abril se levantó como siempre lo hacía, con un rito casi obsesivo, apoyando primero el pie izquierdo y luego el derecho. En penumbra, se vistió sonriendo y bebió su café con la parsimonia que requieren esas mañanas especiales, anticipando el premio tan ansiado. Cogió su novela y ya en la calle, tomó el metro y bajó en O’Donnell. En el edificio de Maternidad, habitación 23, segunda planta, le esperaba con los oídos recién abiertos al mundo, su más fiel futura lectora, su nieta Lucía.
DEVOLVERLES LA VIDA
El 23 de abril planché mi mejor sonrisa, atusé mi flequillo anaranjado y me lancé a la aventura salpicando de asombro a mis vecinas. En medio del jardín coloqué torpemente un par de mesas que cubrí totalmente de ejemplares. Desde el banco bajo la mimosa que me sirvió de asiento las veía murmurar sin acercarse. Minutos después “mis chicos“estaban en manos de personas que se marchaban sonriendo. Fueron años de búsqueda entre cartones y cajas de leche. Los limpié con cuidado, los guardé con aromas de vainilla. Hoy soy feliz regalandolos a quien valora un libro y no osaría jamás arrojarlo al olvido.
LA CULPA
El 23 de abril por fin traspasé aquella puerta cerrada. La luz cegó por un momento mi visión. El silencio atronó en mis oídos. Avancé por el pasillo con el corazón encogido por el temor y la culpa…
Ella alzó sus ojos posándolos sobre mí. Mis manos vacilantes lo alzaron hasta depositarlo sobre el mostrador y mi garganta tan solo pudo susurrar mis palabras temblorosas:
“Lo tenía que haber devuelto ayer…”
VOTACIÓN CONCURSO MICRORRELATO Y FOTOGRAFÍA.
Hola a todos:
Podéis votar en los siguientes links.
http://www.tuvotacion.com/concurso-biblioteca-uned-de-microrrelatos-a-distancia
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Mucha suerte