Desde 2008, año en que se inició esta crisis, todos hemos tenido que apretarnos el cinturón para poder afrontar con garantías estos tiempos difíciles. Eso mismo ha hecho la UNED aprobando su Plan de Austeridad, Sostenibilidad y Eficiencia (PASE) dentro del cual se contempla conseguir el ahorro energético para ayudar al planeta a la vez que reducimos gastos. En este sentido nuestra universidad ha decidido cerrar sus instalaciones en los periodos no lectivos, lo que afecta también al servicio de biblioteca. Por este motivo las Bibliotecas de la Sede Central permanecerán cerradas entre los días 24 de diciembre de 2010 y 9 de enero de 2011 (ambos inclusive).
Para contrarrestar el perjuicio que esto pueda causaros, y con el fin de facilitar el estudio durante este cierre, la Biblioteca ha optado por aumentar desde hoy mismo el número de préstamos que los estudiantes pueden realizar simultáneamente. Así el número de libros de bibliografía básica pasa a 4 y a 5 el de audiovisuales. Por otra parte, para evitar que la devolución coincida con las fechas señaladas para el cierre, se prolongará el período de préstamo hasta el 10 de enero.Esperamos no causaros muchas molestias.
No me gusta nada. Me parece una medida totalmente absurda, genera un ahorro mínimo y unos perjuicios muy serios. Otra vez más se olvida el papel de la universidad como centro de investigación y docencia. Esos periodos «vacacionales» son utilizados por muchos estudiantes y muchos profesores para estudiar, repasar, documentarse o revisar materiales a los que, por ejemplo, en otros momentos con mayor actividad quizás no podrían dedicarse. Hay otras muchas razones. Es una medida que evidentemente ha medido muy mal el daño que se causa:aunque sea parcial y a un número pequeño de personas puede suponer un efecto negativo inaceptable para los objetivos y fines generales de la institución universitaria. Una cosa es cerrar aulas, incluso despachos y oficinas, otra bien diferente es cerrar biblioteca y laboratorios.
J. Fco. Álvarez. Catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia. UNED
Ya no es el hecho de quitarnos un servicio necesario para muchos estudiantes e investigadores, sino que con estos argumentos, además, nos están llamando subnormales.
¿De verdad creen, señores de la UNED, que los usuarios de la biblioteca somos tan rematadamente estúpidos para creernos estas excusas?
Esto ofende…
Seila R. Sánchez García
Estudiante de la UNED.
Estimados Francisco y Seila:
Lamentamos las molestias que esta decisión pueda provocarles y entendemos el malestar que nos expresan. Como servicio de la universidad que somos, sólo podemos asumir las decisiones que los órganos de gobierno de nuestra
universidad toman y adaptarnos a ellas. Conscientes de que somos un
servicio esencial para el estudio y la investigación de la comunidad
universitaria a la que servimos, hemos tratado de reducir el daño
aumentando el número de préstamos y el tiempo de los mismos. Además de esto no podemos sino reiterarles nuestras disculpas. Reciban un cordial saludo
Gracias por el comentario. Desde luego, comprendo que ustedes no pueden hacer sino cumplir con las instrucciones que llegan de Rectorado y Gerencia. Trataré de expresar mi protesta ante los responsables de haber adoptado esta medida en mi opinión injustificable. Ya han tenido que corregir en algún otro servicio y abrir algunos días por «necesidades del servicio». ¿Cómo no incluir la biblioteca en los servicios mínimos? Incluso algún responsable de nuestra universidad ha llegado a decir públicamente que los alumnos vayan esos días a otras bibliotecas que sigan abiertas ¿han pensado bien el argumento?
Por la misma les podemos aconsejar a nuestros estudiantes que se vayan a otra universidad ¡¡¡
J. Francisco Álvarez
Sin que se entienda como una crítica al servicio de la Biblioteca y a sus trabajadores, que me parecen ejemplares, me sumo a la protesta del compañero Francisco Alvarez. El cierre de la biblioteca es una medida absurda y que da una imagen pésima de nuestra universidad.
Me sumo a las protestas por el cierre. Como trabajador de una biblioteca creo que no se calibra bien el perjuicio de un cierre frente a los ahorros que se pretenden. Cierre, por otra parte, más incomprensible si atendemos a la sigla de la institución. En el mundo de las bibliotecas, donde lo que más preocupa son los certificados de calidad y las ambiguas y generalistas cartas de servicios, cierres como este contradicen por completo las mencionadas declaraciones de intereses. Desde luego, en el momento presente, en que cada vez son más las universidades que ofrecen estudios semipresenciales o a distancia, decisiones como esta hacen un flaco favor a esta universidad.