El
cadáver exquisito es el nombre que se da a un juego de creación colectiva, visual o escrita, y a la obra resultante. Esta técnica fue usada por primera vez en París, en 1925, por el grupo de artistas surrealistas. Los jugadores escribían por turno en una hoja de papel, la doblaban para cubrir parte de la escritura, y después la pasaban al siguiente jugador para que hiciera su aportación. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior. El extraño nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez:
«
Le cadavre – exquis – boira – le vin – nouveau » (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo)
Para conmemorar el Día del libro y de los autores, te proponemos convertirte en autor. Antonio Ortega, poeta y bibliotecario de la UNED, nos sugiere comenzar con:
Cuando bajó sola y asustada del autobús se dio cuenta de que esa
no era su parada…
Participa escribiendo tu parte del cadáver exquisito haciendo un comentario a esta entrada en el blog. Después sumaremos todas las aportaciones y publicaremos el resultado el 1 de mayo.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Llevaba varios días en que era incapaz de no equivocarse en los transbordos, de no dejarse las llaves puestas en la cerradura, de cerrar los grifos y apagar las luces.
Y es que no pegaba ojo por la noche. Había probado de todo: infusiones de tila alpina, conteo de ovejas, concentrarse en el color negro y hasta sintonizar en la radio el canal de economía, pero ni aún así lograba conciliar el sueño. Y claro, por las mañanas no daba pie con bola.
Praticó todas y cada una de sus rutinas diarias; una vez en la cocina, conectó el aparato de radio y, como si tuviera compañía, polemizó por las noticias.
Hacía lo mismo de siempre, pero aquel no era un día como los demás.
No era un día como los demás…eso seguro. Estaba nublado, caía una lluvia menuda, de esa que parece que no cala, pero que cuando te das cuenta, parece que has salido de la bañera. De repente, un relámpago a lo lejos…seguido de un fuerte rayo. En ese momento, se estremeció, ¡parece que ha caido cerca!, pensó y a continuación empezó a percibir una sensación extraña, un montón de acontecimientos se le pasaron por la mente, como si su hubiese visto toda su vida en un segundo y se preguntó ¿en dónde estoy?
Y el primer viandante que pasó a su lado le contestó: «en la Gran Vía, paleta». Por si el desprecio del dueño hubiera sido poco, el perro que le acompañaba decidió mear sobre su pierna como si de una farola se tratara. De puta madre.
– Guardia, hágame el favor de multar a este señor.
– ¿Por qué?
– Uhm…No sé pero su perro es un cabrón
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pese a los inesperados sucesos que la aguardaban en el camino, decidió continuar…a lo lejos, entre la espesa bruma, pudo divisar una sombra. A medida que avanzaba, la silueta oscura cobraba forma…inmóvil, densa, las formas eran visiblemente misteriosas…avanzó, avanzó sin pausa…hasta detenerse frente a ella…
No podía creerlo. Era é. Tres años sin saber nada de su existencia y ahora aparecía, tenía que ser el, hoy, y bajo este calabobos.
¿Qué decirle?
Donde has estado, lo mucho que lo eché de menos, cuanto lo amé…
Ahí frente a frente y en silencio, parecían horas esos minutos interminables